Descripción
Constancio abandona por primera vez su pueblo -Tlapas, Guerrero- cargado de las más altas expectativas para su futuro. Al mirar las luces de la ciudad de Puebla extendiéndose como una alfombra brillante ante sus ojos, intuye que el tamaño del universo, o al menos de su universo, dependerá de su voluntad de crecer y aprender. Pronto sabrá que la realidad ofrece tantas posibilidades como las que caben en una partícula de polvo. La prepa, sus maestros y una enigmática protectora -Cora, una vagabunda capaz de resolver complicados problemas matemáticos- serán los guías en esa epopeya a través de la cual Constancio entenderá que las anchas puertas de la ciencia y el conocimiento, como el sphaleron, sólo se abren para quienes son capaces de perseverar a pesar de sí mismos.
Con un estilo ameno y divertido, Lorenzo Díaz nos entrega una historia inscrita en los linderos de una de esas materias que a cualquier estudiante de bachillerato causan resquemor y susto: la física. Pero no la física a secas, sino la que conduce por los caminos de la imaginación, la fantasía y la belleza contenidas en un átomo: la física cuántica.
Novela de crecimiento, El muchacho que soñaba con el Bosón de Higgs invita al lector a adentrarse en los territorios de la ciencia, la amistad y ese gran misterio que sólo se entiende con las ecuaciones del corazón: el amor.
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